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¿Por qué es tan difícil entender la relación entre China y Estados Unidos?


Entender la relación de China con Estados Unidos se ha vuelto una tarea muy compleja para los académicos y tomadores de decisiones. Algunos de ellos sostienen que la relación es un juego de suma cero y ven la posibilidad de un conflicto similar a la Guerra Fría. Por otro lado, hay quienes dicen que la relación entre ellos es de interdependencia económica y se trata de un juego de suma positiva ¿Podría decirse que ambos argumentos están en lo correcto? Quizás los dos tienen algo de cierto. En asuntos de seguridad los dos países están claramente enfrentándose en el Pacífico. Sin embargo, en el ámbito económico, es innegable la enorme interdependencia que existe entre ambos países.

Un claro ejemplo de intereses de seguridad opuestos es la Guerra Fría, y un caso de enorme interdependencia económica es la relación entre Estados Unidos y Canadá. Pero nunca se ha visto un caso en el que se den los dos fenómenos al mismo tiempo.

Quienes argumentan que la relación es de suma cero ponen especial atención en que China ha estado modernizando su capacidad militar durante la última década. China está empezando a proyectar su poderío militar hacia el Pacífico y el Océano Índico mediante el envío de portaaviones y submarinos a distintas zonas de esos océanos. Todo esto, se da en un contexto de disputas territoriales con un sinnúmero de países, incluyendo Japón, India y prácticamente todos los Estados vecinos. La inseguridad derivada de dichas disputas ha detonado una carrera armamentista feroz en la región. Incluso Japón, un país que juraba que nunca volvería a tener una capacidad militar ofensiva ha tenido que repensarlo dada la amenaza que representa China. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, Japón enfatizó que su capacidad militar era sólo para autodefensa, y el equipo militar que compraba estaba en conformidad con eso, pero últimamente Japón ha empezado a construir y desplegar mini portaaviones para “proyectar” su capacidad de defensa.

Como se mencionó, el gasto militar en la región se ha disparado durante los últimos años. Según información del Banco Mundial, en términos reales, China triplicó su gasto militar entre 2007 y 2017 (de 68 mil millones a 228 mil millones de dólares). El resto de los países de Asia oriental y el Pacífico, en respuesta, pasaron de gastar 185 mil millones a 393 mil millones de dólares en el mismo periodo de tiempo. Lo único que esto hace es contribuir a la inseguridad en la región, particularmente en lo referente a la disputa por las islas Spratly en el Pacífico sur.

Al mismo tiempo que crecen las tensiones militares, la relación comercial de Estados Unidos y China es cada vez más importante. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas, en 2016 China exportó a Estados Unidos 436 mil millones de dólares e importó 122 mil millones. Incluso en el contexto actual, en que Trump está amenazando a China con aranceles, es muy importante tener claro que ni el congreso ni los empresarios están de acuerdo con esta política. Aunque el presidente de Estados Unidos se queja de que China comete prácticas de competencia desleal y manipula el valor de su moneda, la población estadounidense se beneficia de eso por los precios accesibles de los productos chinos. En caso de que los precios suban por los aranceles, la base de votantes de Trump, que en gran medida hace sus compras en Walmart ─una empresa cuyos productos son en su mayoría chinos─ se vería muy afectada.

El acceso al mercado estadounidense es muy importante para China porque éste es el mayor consumidor del mundo. Además, el consumo interno de China no es suficiente para lo que producen. Esta naturaleza dualista de la relación hace que sea muy complicado vislumbrar claramente cómo va a evolucionar. Existen muy buenas herramientas para analizar tanto la confrontación militar como la interdependencia económica. Sin embargo, no existe una herramienta útil para comprender la combinación que se está dando actualmente. Por ende, lo único que podemos afirmar es que la relación de China con Estados Unidos es muy compleja y que existe una gran incertidumbre.

¿Estará dispuesto Beijing a arriesgarse a una guerra en el mar del sur de China, que podría terminar en un embargo comercial por parte de Estados Unidos? ¿Se inclinaría Washington por la implementación de este embargo, sabiendo que impactaría su propia economía? Esta complejidad combinada con incertidumbre puede llevar a algunos a pensar que nada malo va a pasar, por el riesgo que implica para ambas potencias. Pero, lo que el estudio de las relaciones internacionales nos dice, es que particularmente la incertidumbre es peligrosa. La falta de reglas de interacción abre la posibilidad a incidentes. Por muchos motivos, la configuración actual se asemeja a la relación entre los grandes poderes antes de la Primera Guerra Mundial.


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